lunes, 31 de agosto de 2020

2020 HÁBLAME DE TI: Día 184 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 184 un curso de milagros: Ofrenda 244 en mi árbol de fuertes y profundas raíces 2020 1.       Vives a base de símbolos. Has inventado nombres para todas la...

Día 184 un curso de milagros

Ofrenda 244 en mi árbol de fuertes y profundas raíces 2020

1.      Vives a base de símbolos. Has inventado nombres para todas las cosas que ves. Cada una de ellas se ha convertido en una entidad aparte, identificada por su propio nombre. De esta manera la segregas de la unidad. De esta manera designas sus atributos especiales y la distingues de otras cosas al hacer hincapié en el espacio que la rodea. Éste es el espacio que interpones entre todas las cosas a las que has dado un nombre diferente; entre todos los acontecimientos desde el punto de vista del tiempo y del lugar en que ocurrieron, así como entre todos los cuerpos que se saludan con un nombre.

2.      Este espacio, al que ves como lo que separa unas cosas de otras, es el medio a través del cual tiene lugar la percepción del mundo. Ves algo allí donde no hay nada y, asimismo, no ves nada donde hay unidad; ves un espacio entre todas las cosas, así como entre todas las cosas y tú. De esa manera, crees haber "creado" vida en la separación. Y debido a esta división crees ser una unidad que opera con una voluntad independiente.

3.      ¿Qué son todos esos nombres mediante los cuales el mundo se convierte en una serie de acontecimientos independientes, de cosas desunidas y de cuerpos que se mantienen aparte y que contienen fragmentos de mente como si de conciencias separadas se tratase? Tú les diste esos nombres, dando lugar a la percepción tal como querías que fuese. A las cosas sin nombre se les dio nombre y de esta manera se les dio también realidad. Pues a lo que se le da un nombre se le da significado y, de este modo, se considera significativo: una causa que produce efectos reales, con consecuencias inherentes a sí misma.

4.      Así es como se construye la realidad a base de una visión parcial, la cual se contrapone deliberadamente a lo que de hecho es la verdad. Su enemigo es la unidad. Concibe cosas sin importancia y las contempla. Y la ausencia de espacio, así como la sensación de unidad o la visión que ve de manera distinta, se convierten en las amenazas que debe superar, combatir y negar.

5.      Esta otra visión, no obstante, sigue siendo aún la dirección natural para que la mente canalice su percepción. Es difícil enseñarle a la mente miles de nombres extraños, y luego mil más. No obstante, crees que eso es lo que significa aprender y que es el objetivo principal por medio del cual se puede entablar comunicación y compartir conceptos de manera que tengan sentido.

6.      Ésta es la suma total de la herencia que el mundo dispensa. Y todo aquel que aprende a pensar que ello es cierto, acepta los signos y los símbolos que afirman que el mundo es real. Eso es lo que propugnan. No dan lugar a que se dude de que lo que tiene nombre no esté ahí. Se puede ver, tal como es de esperar. Lo que niega que ello es verdad es lo que es una ilusión, pues lo que tiene nombre es la realidad suprema. Cuestionarlo es una locura, pero aceptar su presencia es prueba de cordura.

7.      Tal es la enseñanza del mundo. No obstante, es una fase de aprendizaje por la que todo el que viene aquí tiene que pasar. Mas cuanto antes se perciba su base, lo cuestionable de sus premisas y cuán dudosos son sus resultados, más pronto se pondrá en duda sus efectos. El aprendizaje que se limita. a lo que el mundo enseña se queda corto en lo que respecta al significado. Debidamente empleado, puede servir como punto de partida desde donde se puede comenzar otro tipo de aprendizaje, adquirir una nueva percepción, y desde donde se pueden erradicar todos los nombres arbitrarios que el mundo confiere al ser puestos en duda.

8.      No creas que fuiste tú quien hizo el mundo. ¡Las ilusiones, sí! Mas lo que es cierto en la tierra y en el Cielo está más allá de tu capacidad de nombrar. Cuando llamas a un hermano es a su cuerpo a lo que te diriges. Su verdadera Identidad queda oculta debido a lo que crees que él es realmente. Su cuerpo responde al nombre con que lo llamas, pues su mente ha consentido en aceptar ese nombre que le das como su nombre. Y de esta manera, su unidad queda doblemente negada, pues tú lo percibes como algo separado de ti, y él acepta como propio ese nombre separado.

9.      Sería en verdad extraño si se te pidiese que fueses más allá de todos los símbolos del mundo y los olvidaras para siempre, y, al mismo tiempo, se te pidiera asumir una función docente. Todavía tienes necesidad de usar los símbolos del mundo. Mas no te dejes engañar por ellos. No representan nada en absoluto, y éste será el pensamiento que en tus prácticas te liberará de ellos. Los símbolos no son sino medios a través de los cuales puedes comunicarte de manera que el mundo te pueda entender, pero reconoces que no son la unidad en la que puede hallarse la verdadera comunicación.

10.    Así pues, lo que necesitas cada día son intervalos en los que las enseñanzas del mundo se convierten en una fase transitoria: una prisión desde la que puedes salir a la luz del sol y olvidarte de la oscuridad. Ahí entiendes la Palabra, el Nombre que Dios te ha dado; la única Identidad que comparten todas las cosas; el reconocimiento de lo que es verdad. Y luego vuelves a la oscuridad, no porque creas que es real, sino sólo para proclamar su irrealidad usando términos que aún tienen sentido en el mundo regido por la oscuridad.

11.    Usa todos los nombres y símbolos nimios que caracterizan el mundo de la oscuridad. Mas no los aceptes como tu realidad. El Espíritu Santo se vale de todos ellos, pero no se olvida de que la creación tiene un solo Nombre, un solo Significado y una sola Fuente que une a todas las cosas dentro de Sí Misma. Usa todos los nombres que el mundo da a esas cosas, pero sólo por conveniencia, mas no te olvides de que comparten el Nombre de Dios junto contigo.

12.    Dios no tiene nombre. Sin embargo, Su Nombre se convierte en la lección final de que todas las cosas son una y con esta lección finaliza todo aprendizaje. Todos los nombres se unifican, todo espacio queda lleno con el reflejo de la verdad. Toda brecha se cierra y la separación se subsana. El Nombre de Dios es la herencia que Él les dio a los que eligieron que las enseñanzas del mundo ocupasen el lugar del Cielo. Lo que nos proponemos en nuestras prácticas es dejar que nuestras mentes acepten lo que Dios ha dado como respuesta a la mísera herencia que tú fabricaste como justo tributo para el Hijo que Él ama.

13.    Nadie que busque el significado del Nombre de Dios puede fracasar. La experiencia es necesaria como complemento de la Palabra. Pero primero tienes que aceptar que Su Nombre abarca toda la realidad y reconocer que los innumerables nombres que diste a todos sus aspectos han distorsionado lo que ves, pero no han afectado a la verdad en absoluto. Invocamos un solo Nombre en nuestras prácticas. Y nos valemos de un solo Nombre para unificar nuestra visión.

14.    Y si bien utilizamos un nombre distinto para cada aspecto de la conciencia del Hijo de Dios, comprendemos que todos comparten el mismo Nombre, el cual Él les ha dado. Este es el Nombre que usamos en nuestras prácticas. Y al usarlo, todas las separaciones insensatas que nos mantenían ciegos desaparecen. Y se nos concede la fortaleza necesaria para poder ver más allá de ellas. Ahora nuestra vista queda bendecida con las bendiciones que podemos dar según las recibimos.

15.    Padre, nuestro Nombre es el Tuyo. En Él estamos unidos con toda cosa viviente, y Contigo que eres su único Creador. Lo que hemos hecho y a lo que hemos dado muchos nombres diferentes no es sino una sombra que hemos tratado de arrojar sobre Tu Realidad. Y nos sentimos contentos y agradecidos de haber estado equivocados. Te entregamos todos nuestros errores, a fin de ser absueltos de cuantos efectos parecían tener. Y aceptamos la verdad que Tú nos das en lugar de cada uno de ellos. Tu Nombre es nuestra salvación y la manera de escapar de lo que nosotros mismos hemos hecho. Tu Nombre nos une en la unicidad que es nuestra herencia. y nuestra paz. Amén.




domingo, 30 de agosto de 2020

2020 HÁBLAME DE TI: Día 183 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 183 un curso de milagros: Ofrenda 243 para mi árbol de logros 2020, 1.       El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. Invocar Su Nomb...

Día 183 un curso de milagros


Ofrenda 243 para mi árbol de logros 2020,

1.      El Nombre de Dios es sagrado, pero no es más sagrado que el tuyo. Invocar Su Nombre es invocar el tuyo. Un padre le da su nombre a su hijo y, de este modo, identifica a su hijo con él. Sus hermanos comparten su nombre y, así, están unidos por un vínculo en el que encuentran su identidad. El Nombre de tu Padre te recuerda quién eres incluso en un mundo que no lo sabe, e incluso cuando tú mismo no lo has recordado.

2.      El Nombre de Dios no puede ser oído sin que suscite una respuesta, ni pronunciado sin que produzca un eco en la mente que te exhorta a recordar. Di Su Nombre, y estarás invitando a los ángeles a que rodeen el lugar en el que te encuentras, a cantarte según despliegan sus alas para mantenerte a salvo y a protegerte de cualquier pensamiento mundano que quisiera mancillar tu santidad.

3.      Repite el Nombre de Dios, y el mundo entero responderá abandonando las ilusiones. Todo sueño que el mundo tenga en gran estima de repente desaparecerá, y allí donde parecía encontrarse hallarás una estrella, un milagro de gracia. Los enfermos se levantarán, curados ya de sus pensamientos enfermizos. Los ciegos podrán ver y los sordos oír. Los afligidos abandonarán su duelo, y sus lágrimas de dolor se secarán cuando la risa de felicidad venga a bendecir al mundo.

4.      Repite el Nombre de Dios y todo nombre nimio deja de tener significado. Ante el Nombre de Dios, toda tentación se vuelve algo indeseable y sin nombre. Repite Su Nombre, y verás cuán fácilmente te olvidas de los nombres de todos los dioses que honrabas. Pues habrán perdido el nombre de dios que les otorgabas. Se volverán anónimos y dejarán de ser importantes para ti, si bien, antes de que dejases que el Nombre de Dios reemplazase a sus nimios nombres, te postrabas reverente ante ellos llamándolos dioses.

5.      Repite el Nombre de Dios e invoca a tu Ser, Cuyo Nombre es el Suyo. Repite Su Nombre, y todas las cosas insignificantes y sin nombre de la tierra se ven en su correcta perspectiva. Aquellos que invocan el Nombre de Dios no pueden confundir lo que no tiene nombre con el Nombre, el pecado con la gracia, ni los cuerpos con el santo Hijo de Dios. Y si te unes a un hermano mientras te sientas con él en silencio y repites dentro de tu mente quieta el Nombre de Dios junto con él, habrás edificado ahí un altar que se eleva hasta Dios Mismo y hasta Su Hijo.

6.      Practica sólo esto hoy: repite el Nombre de Dios lentamente una y otra vez. Relega al olvido cualquier otro nombre que no sea el Suyo. No oigas nada más. Deja que todos tus pensamientos se anclen en Esto. No usaremos ninguna otra palabra, excepto al principio, cuando repetimos la idea de hoy una sola vez. Y entonces el Nombre de Dios se convierte en nuestro único pensamiento, nuestra única palabra, lo único que ocupa nuestras mentes, nuestro único deseo, el único sonido que tiene significado y el único Nombre de todo lo que deseamos ver y de todo lo que queremos considerar nuestro.

7.      De esta manera extendemos una invitación que jamás puede ser rechazada. Y Dios vendrá, y Él Mismo responderá a ella. No pienses que Él oye las vanas oraciones de aquellos que lo invocan con nombres de ídolos que el mundo tiene en gran estima. De esa manera nunca podrán llegar a Él. Dios no puede oír peticiones que le pidan que no sea Él Mismo o que Su Hijo reciba otro nombre que no sea el Suyo.

8.      Repite el Nombre de Dios, y lo estarás reconociendo como el único Creador de la realidad. Y estarás reconociendo asimismo que Su Hijo es parte de Él y que crea en Su Nombre. Siéntate en silencio y deja que Su Nombre se convierta en la idea todo abarcadora que absorbe tu mente por completo. Acalla todo pensamiento excepto éste. Deja que ésta sea la respuesta para cualquier otro pensamiento, y observa cómo el Nombre de Dios reemplaza a los miles de nombres que diste a todos tus pensamientos, sin darte cuenta de que sólo hay un Nombre para todo lo que existe y jamás existirá.

9.      Hoy puedes alcanzar un estado en el que experimentarás el don de la gracia. Puedes escaparte de todas las ataduras del mundo, y ofrecerle a éste la misma liberación que tú has encontrado. Puedes recordar lo que el mundo olvidó y ofrecerle lo que tú has recordado. Puedes también aceptar el papel que te corresponde desempeñar en su salvación, así como en la tuya propia. Y ambas se pueden lograr perfectamente.

10.    Recurre al Nombre de Dios para tu liberación y se te concederá. No se necesita más oración que ésta, pues encierra dentro de sí a todas las demás. Las palabras son irrelevantes y las peticiones innecesarias cuando el Hijo de Dios invoca el Nombre de su Padre. Los Pensamientos de su Padre se vuelven los suyos propios. El Hijo de Dios reivindica su derecho a todo lo que su Padre le dio, le está dando todavía y le dará eternamente. Lo invoca para dejar que todas las cosas que creyó haber hecho queden sin nombre ahora, y en su lugar el santo Nombre de Dios se convierta en el juicio que él tiene de la intranscendencia de todas ellas.

11.    Todo lo insignificante se acalla. Los pequeños sonidos ahora son inaudibles. Todas las cosas vanas de la tierra han desaparecido. El universo consiste únicamente en el Hijo de Dios, que invoca a su Padre. Y la Voz de su Padre responde en el santo Nombre de su Padre. La paz eterna se encuentra en esta eterna y serena relación, en la que la comunicación transciende con creces todas las palabras, y, sin embargo, supera en profundidad y altura todo aquello que las palabras jamás pudiesen comunicar. Queremos experimentar hoy esta paz en el Nombre de nuestro Padre. Y en Su Nombre se nos concederá.



sábado, 29 de agosto de 2020

2020 HÁBLAME DE TI: Día 182 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 182 un curso de milagros: Ofrenda 242 para mi fecundo árbol de milagros. 1.      Este mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. Y en algún recodo de tu mente...

Día 182 un curso de milagros

Ofrenda 242 para mi fecundo árbol de milagros.
1.      Este mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. Y en algún recodo de tu mente sabes que esto es verdad. El recuerdo de tu hogar sigue rondándote, como si hubiera un lugar que te llamase a regresar, si bien no reconoces la voz, ni lo que ésta te recuerda. No obstante, sigues sintiéndote como un extraño aquí, procedente de algún lugar desconocido. No es algo tan concreto que puedas decir con certeza que eres un exilado aquí. Es más bien un sentimiento persistente, no más que una leve punzada a veces, que en otras ocasiones apenas recuerdas, algo que descartas sin ningún miramiento, pero que sin duda ha de volver a rondarte otra vez.

2.      No hay nadie que no sepa de qué estamos hablando. Sin embargo, hay quienes tratan de ahogar su sufrimiento entreteniéndose en juegos para pasar el tiempo y no sentir su tristeza: Otros prefieren negar que están tristes, y no reconocen en absoluto que se están tragando las lágrimas. Hay quienes afirman incluso que esto de lo que estamos hablando son ilusiones y que no se debe considerar más que como un sueño. Sin embargo, ¿quién podría honestamente afirmar, sin ponerse a la defensiva o engañarse a sí mismo, que no sabe de lo que estamos hablando?

3.      Hoy hablamos en nombre de todo aquel que vaga por este mundo, pues él no está en su hogar. Camina a la deriva enfrascado en una búsqueda interminable, buscando en la oscuridad lo que no puede hallar, y sin reconocer qué es lo que anda buscando. Construye miles de casas, pero ninguna de ellas satisface a su desasosegada mente. No se da cuenta de que las construye en vano. El hogar que anda buscando, él no lo puede construir. El Cielo no tiene sustituto. Lo único que él jamás construyó fue un infierno.

4.      Tal vez pienses que lo que quieres encontrar es el hogar de tu infancia. La infancia de tu cuerpo y el lugar que le dio cobijo son ahora recuerdos tan distorsionados que lo que guardas es simplemente una imagen de un pasado que nunca tuvo lugar. Mas en ti hay un Niño que anda buscando la casa de Su Padre, pues sabe que Él es un extraño aquí. Su infancia es eterna, llena de una inocencia que ha de perdurar para siempre. Por dondequiera que este Niño camina es tierra santa. Su santidad es lo que ilumina al Cielo, y lo que trae a la tierra el prístino reflejo de la luz que brilla en lo alto, en la que el Cielo y la tierra se encuentran unidos cual uno solo.

5.      Este Niño que mora en ti es el que tu Padre conoce como Su Hijo. Este Niño que mora en ti es el que conoce a Su Padre. Él anhela tan profunda e incesantemente volver a Su hogar, que Su voz te suplica que lo dejes descansar por un momento. Tan sólo pide unos segundos de respiro: un intervalo en el que pueda volver a respirar el aire santo que llena la casa de Su Padre. Tú eres también Su hogar. Él retornará. Pero dale un poco de tiempo para que pueda ser lo que es dentro de la paz que es Su hogar, y descansar en silencio, en paz y en amor.

6.      Este Niño necesita tu protección. Se encuentra muy lejos de Su hogar. Es tan pequeño que parece muy fácil no hacerle caso y no oír Su vocecilla, quedando así Su llamada de auxilio ahogada en los estridentes sonidos y destemplados y discordantes ruidos del mundo. No obstante, Él sabe que en ti aún radica Su protección. Tú no le fallarás. Él volverá a Su hogar, y tú lo acompañarás.

7.      Este Niño es tu indefensión, tu fortaleza. Él confía en ti. Vino porque sabía que tú no le fallarías. Te habla incesantemente de Su hogar con suaves murmullos. Pues desea llevarte consigo de vuelta a él, a fin de poder Él Mismo permanecer allí y no tener que regresar de nuevo a donde no le corresponde estar y donde vive proscrito en un mundo de pensamientos que le son ajenos. Su paciencia es infinita. Esperará hasta que oigas Su dulce Voz dentro de ti instándote a que lo dejes ir en paz, junto contigo, a donde Él se encuentra en Su casa, al igual que tú.

8.      Cuando estés en perfecta quietud por un instante, cuando el mundo se aparte de ti y las vanas ideas que abrigas en tu desasosegada mente dejen de tener valor, oirás Su Voz. Su llamada es tan conmovedora que ya no le ofrecerás más resistencia. En ese instante te llevará a Su hogar, y tú permanecerás allí con Él en perfecta quietud, en silencio y en paz, más allá de las palabras, libre de todo temor y de toda duda, sublimemente seguro de que estás en tu hogar.

9.      Descansa a menudo con Él hoy. Pues Él estuvo dispuesto a convertirse en un Niño pequeño para que tú pudieras aprender cuán fuerte es aquel que viene sin defensas, ofreciendo únicamente los mensajes del amor a quienes creen ser sus enemigos. Con el poder del Cielo en Sus manos, los llama amigos y les presta Su fortaleza para que puedan darse cuenta de que Él quiere ser su Amigo. Les pide que lo protejan, pues Su hogar está muy lejos, y Él no quiere regresar a él solo.

10.    Cristo renace como un Niño pequeño cada vez que un peregrino abandona su hogar. Pues éste debe aprender que a quien quiere proteger es sólo a este Niño, que viene sin defensas y a Quien la indefensión ampara. Ve con Él a tu hogar de vez en cuando hoy. Tú eres un extraño aquí, al igual que Él.

11.    Dedica algún tiempo hoy a dejar a un lado tu escudo que de nada te ha servido, y a deponer la espada y la lanza que blandiste contra un enemigo imaginario. Cristo te ha llamado amigo y hermano. Ha venido incluso a pedirte ayuda para que lo dejes regresar a Su hogar hoy, íntegro y completamente. Ha venido como lo haría un niño pequeño, que tiene que implorar la protección y el amor de su padre. Él rige el universo, y, sin embargo, te pide incesantemente que regreses con Él y que no sigas convirtiendo a las ilusiones en dioses.

12.    Tú no has perdido tu inocencia. Y eso es lo que anhelas, lo que tu corazón desea. Ésa es la voz que oyes y la llamada que no se puede ignorar. Ese santo Niño todavía sigue a tu lado. Su hogar es el tuyo. Hoy Él te da Su indefensión, y tú la aceptas a cambio de todos los juguetes bélicos que has fabricado. Y ahora el camino está libre y despejado, y el final de la jornada puede por fin vislumbrarse. Permanece muy quedo por un instante, regresa a tu hogar junto con Él y goza de paz por un rato.


2020 HÁBLAME DE TI: Día 181 de un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 181 de un curso de milagros: Ofrenda 241 para mi revelador árbol agradecido 2020

viernes, 28 de agosto de 2020

Día 181 de un curso de milagros

Ofrenda 241 para mi revelador árbol agradecido 2020.
1.      Confiar en tus hermanos es esencial para establecer y sustentar tu fe en tu propia capacidad para trascender tus dudas y tu falta de absoluta convicción en ti mismo. Cuando atacas a un hermano, proclamas que está limitado por lo que tú has percibido en él. No estás viendo más allá de sus errores. Por el contrario, éstos se exageran, convirtiéndose en obstáculos que te impiden tener conciencia del Ser que se encuentra más allá de tus propios errores, así como de sus aparentes pecados y de los tuyos.

2.      La percepción tiene un enfoque. Eso es lo que hace que lo que ves sea consistente. Cambia de enfoque, y, lo que contemples, consecuentemente cambiará. Ahora se producirá un cambio en tu visión para apoyar la intención que ha reemplazado a la que antes tenías. Deja de concentrarte en los pecados de tu hermano, y experimentarás la paz que resulta de tener fe en la impecabilidad. El único apoyo que esta fe recibe procede de lo que ves en otros más allá de sus pecados. Pues sus errores, si te concentras en ellos, no son sino testigos de tus propios pecados. Y no podrás sino verlos, lo cual te impedirá ver la impecabilidad que se encuentra más allá de ellos.

3.      En nuestras prácticas de hoy, por lo tanto, lo primero que vamos a hacer es dejar que todos esos insignificantes enfoques den paso a la gran necesidad que tenemos de que nuestra impecabilidad se haga evidente. Damos instrucciones a nuestras mentes para que, por un breve intervalo, eso, y sólo eso, sea lo que busquen. No vamos a preocuparnos por objetivos futuros. Lo que vimos un instante antes no nos preocupará en absoluto dentro de este lapso de tiempo en el que nuestra práctica consiste en cambiar de intención. Buscamos la inocencia y nada más. Y la buscamos sin interesarnos por nada que no sea el ahora.

4.      Uno de los mayores obstáculos que ha impedido tu éxito ha sido tu dedicación a metas pasadas y futuras. El que las metas que propugna este curso sean tan extremadamente diferentes de las que tenías antes ha sido motivo de preocupación para ti. Y también te has sentido consternado por el pensamiento restrictivo y deprimente de que, incluso si tuvieses éxito, volverías inevitablemente a perder el rumbo.

5.      ¿Por qué habría de ser esto motivo de preocupación? Pues el pasado ya pasó y el futuro es tan solo algo imaginario. Preocupaciones de esta índole no son sino defensas: para impedir que cambiemos el enfoque de nuestra percepción en el presente. Nada más. Vamos a dejar de lado estas absurdas limitaciones por un momento. No vamos a recurrir a creencias pasadas, ni a dejar que lo que hayamos de creer en el futuro nos estorbe ahora. Damos comienzo a nuestra sesión de práctica con un solo propósito: ver la impecabilidad que mora dentro de nosotros.

6.      Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino. Y si se nos ocurre pensar en los pecados de un hermano, nuestro restringido foco nos nublará la vista y nos hará volver los ojos hacia nuestros propios errores, que exageraremos y llamaremos "pecados". De modo que, por un breve intervalo, de surgir tales obstáculos, los transcenderemos sin ocuparnos del pasado o del futuro, dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos: No es esto lo que quiero contemplar. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo.

7.      Y nos valdremos asimismo de este pensamiento para mantenernos a salvo a lo largo del día. No estamos interesados en metas a largo plazo. Conforme cada uno de los obstáculos nuble la visión de nuestra impecabilidad, lo único que nos interesará será poner fin, por un instante, al dolor que, de concentrarnos en el pecado experimentaríamos, y que, de no corregirlo, persistiría.

8.      No vamos en pos de fantasías. Pues lo que procuramos contemplar está realmente ahí. Y conforme nuestro foco se extienda más allá del error, veremos un mundo completamente impecable. Y cuando esto sea lo único que queramos ver y lo único que busquemos en nombre de la verdadera percepción, los ojos de Cristo se volverán inevitablemente los nuestros. El Amor que Él siente por nosotros se volverá también el nuestro. Esto será lo único que veremos reflejado en el mundo, así como en nosotros mismos.

9.      El mundo que una vez proclamó nuestros pecados se convierte ahora en la prueba de que somos incapaces de pecar. Y nuestro amor por todo aquel que contemplemos dará testimonio de que recordamos al santo Ser que no conoce el pecado, y que jamás podría concebir nada que no compartiese Su impecabilidad. Éste es el recuerdo que queremos evocar hoy cuando consagramos nuestras mentes a la práctica. No miramos ni hacia adelante ni hacia atrás. Miramos directamente al presente. Y depositamos nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos. Nuestra impecabilidad no es sino la Voluntad de Dios. En este instante nuestra voluntad dispone lo mismo que la Suya.



viernes, 21 de agosto de 2020

2020 HÁBLAME DE TI: Día 174 de un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 174 de un curso de milagros: Ofrenda 234 en mi árbol de gratitud 2020. Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio de un curso de milag...

Día 174 de un curso de milagros

Ofrenda 234 en mi árbol de gratitud 2020.

Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio de un curso de milagros, la sugerencia es poner alarmas en el reloj de su celular cada hora o cada media hora y que tengan como título el nombre de las lecciones, para estar en el ahora el mayor tiempo posible de nuestra vida.


2020 HÁBLAME DE TI: Día 173 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 173 un curso de milagros: Ofrenda 233 para mi agradecido árbol de vida 2020. Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio de un curso...

2020 HÁBLAME DE TI: Día 172 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 172 un curso de milagros: Ofrenda 232 colocada en mi árbol de dorados frutos de mi vida. Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio...

jueves, 20 de agosto de 2020

Día 173 un curso de milagros

Ofrenda 233 para mi agradecido árbol de vida 2020.

Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio de un curso de milagros, la sugerencia es poner alarmas en el reloj de su celular cada hora o cada media hora y que tengan como título el nombre de las lecciones, para estar en el ahora el mayor tiempo posible de nuestra vida.


miércoles, 19 de agosto de 2020

Día 172 un curso de milagros

Ofrenda 232 colocada en mi árbol de dorados frutos de mi vida.


Amadísima comunidad de almas. Para este quinto repaso de los ejercicio de un curso de milagros, la sugerencia es poner alarmas en el reloj de su celular cada hora o cada media hora y que tengan como título el nombre de las lecciones, para estar en el ahora el mayor tiempo posible de nuestra vida.

martes, 18 de agosto de 2020

2020 HÁBLAME DE TI: Día 171 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 171 un curso de milagros: Ofrenda 231 en mi árbol de la felicidad por el logro. 1.       Ahora iniciamos otro repaso. Esta vez estamos listos para poner más d...

Día 171 un curso de milagros


Ofrenda 231 en mi árbol de la felicidad por el logro.

1.      Ahora iniciamos otro repaso. Esta vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. Queremos dar este paso resueltamente, para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y mayor fe. Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.

2.      Padre nuestro, afianza nuestros pasos. Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. No tenemos nada que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, pero que, aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.

3.      De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. Si tropezamos, Tú nos levantarás. Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.

4.      He aquí -al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo: Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo. Sólo este Ser conoce el amor. Sólo sus pensamientos son perfectamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se comprende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Consigo Mismo.

5.      Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. Cada paso que damos nos acerca un poco más. Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. Levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido.

6.      Yo te acompaño en esta jornada. Pues por el momento comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. Caminamos juntos. Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conservando en su mente el camino que lo condujo a su propia liberación, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.

7.      Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. No me he olvidado de nadie. Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.

8.      Libérame mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. Juntos repasaremos estos pensamientos. Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. Dios no permitiría que en el Cielo faltase nada. Éste te está esperando, al igual que yo. Sin ti yo estoy incompleto. Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.

9.      Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. El Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. A Él nos dirigimos juntos. Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. En él yo camino contigo y tú conmigo. La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. ¿Cómo no iba a ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?

10.    Permite que este repaso sea un intervalo en el que compartimos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. Santificado sea tu nombre e inmaculada tu gloria para siempre. Tu plenitud ahora es total, tal como Dios lo dispuso. Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con la tuya. No practicamos sino una antigua verdad, que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apoderarse del mundo. Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos: Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

11.    Con esto damos comienzo a cada día de nuestro repaso. Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de práctica. Y con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día. Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.

12.    Las palabras, sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. Ponemos nuestra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. Usamos las palabras y tratamos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. Este se hace cada vez más tenue hasta que finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. Y Ahí es donde hallamos reposo.


2020 HÁBLAME DE TI: Día 170 un curso de milagros

2020 HÁBLAME DE TI: Día 170 un curso de milagros: Ofrenda 230 para mi árbol feliz y agradecido. 1.       Nadie ataca sin la intención de herir. En esto no hay excepciones. Cuando ...

lunes, 17 de agosto de 2020

Día 170 un curso de milagros


Ofrenda 230 para mi árbol feliz y agradecido.


1.      Nadie ataca sin la intención de herir. En esto no hay excepciones. Cuando piensas que atacas en defensa propia estás afirmando que ser cruel te protege, que la crueldad te mantiene a salvo. Estás afirmando que herir a otro te brinda libertad. Y estás afirmando también que atacar cambia el estado en que te encuentras por otro mejor, más seguro, donde estás más a salvo de los asaltos del peligro y del temor.

2.      ¡Qué descabellada es la idea de que atacando es la manera de defenderse del miedo! Pues he aquí donde se engendra el miedo y se le nutre de sangre para que crezca, se expanda y sea cada vez más rabioso. Ésta es la manera de proteger el miedo, no de escaparse de él. Hoy aprendemos una lección que te evitará más demoras y sufrimientos de los que te puedes imaginar. Y es ésta: Tú fabricas aquello de lo que te defiendes. Y al defenderte contra ello haces que sea real e ineludible. Depón tus armas, y sólo entonces percibirás su falsedad.

3.      Parece ser un enemigo externo a quien atacas. Sin embargo, al defenderte forjas un enemigo interno; un pensamiento extraño que está en guerra contigo, que te priva de paz y divide tu mente en dos bandos que parecen ser totalmente irreconciliables. Pues ahora el amor tiene un "enemigo", un opuesto; y el miedo, el extraño, necesita que lo defiendas contra la amenaza de lo que realmente eres.

4.      Si examinases detenidamente los medios por los que tu ilusoria defensa propia procede a lo largo de su curso imaginario, te percatarías de las premisas sobre las que se basa la idea. En primer lugar, es obvio que las ideas tienen que abandonar su fuente, pues eres tú quien lanza el ataque y quien tuvo que haberlo concebido primero. No obstante, lanzas el ataque contra algo externo a ti y en tu mente te separas de aquel a quien atacas, completamente convencido de que la división a la que has dado lugar es real.

5.      En segundo lugar, los atributos del amor se le confieren a su "enemigo". Pues el miedo se convierte en tu refugio y en el protector de tu paz, y recurres a él en busca de solaz y de escape de cualquier duda con respecto a tu fortaleza, así como con la esperanza de poder descansar en una quietud sin sueños. Y al así despojar al amor de lo que le pertenece a él y sólo a él, se le dota con los atributos del miedo. Pues el amor te pediría que depusieses todas tus defensas por ser éstas meras necedades. Y ciertamente tus armas se desmoronarían y quedarían reducidas a polvo, 6pues eso es lo que son.

6.      Al tener al amor como enemigo, la crueldad se convierte necesariamente en un dios. Y los dioses exigen que sus seguidores obedezcan sus mandatos sin rechistar. A aquellos que cuestionan la sensatez o cuando menos la cordura de tales exigencias, se les castiga severa e implacablemente. Pues son sus enemigos los que son irrazonables y dementes, mientras que ellos son siempre justos y misericordiosos.

7.      Hoy examinaremos fríamente, a este dios cruel. Y nos daremos cuenta de que, aunque sus labios están manchados de sangre y de que de su boca parecen salir llamas, está hecho de piedra. No puede hacer nada. No tenemos que desafiar su poder, pues no tiene ninguno. Y quienes ven en él su seguridad, no tienen ni guardián ni fortaleza a los que invocar en caso de peligro, ni ningún poderoso guerrero que salga en su defensa.

8.      Este momento puede ser terrible. Pero también puede ser el momento en que te emancipas de tu abyecta esclavitud. Pues al estar frente a este ídolo y verlo exactamente como es, llevas a cabo una elección. ¿Vas a restituirle al amor lo que has procurado arrebatarle para ponerlo a los pies de ese inanimado bloque de piedra? ¿O vas a inventar otro ídolo para que lo reemplace? Pues el dios de la crueldad adopta muchas formas. Siempre es posible encontrar otra.

9.      Mas no creas que el miedo es la manera de escapar del miedo. Recordemos lo que se ha subrayado en el texto con respecto a los obstáculos que la paz tiene que superar. De éstos, el último, el más difícil de creer que en realidad no es nada, si bien aparenta ser un bloque sólido, impenetrable, temible e insuperable, es el miedo a Dios Mismo. He aquí la premisa básica que entrona como un dios al pensamiento del miedo. Pues el miedo es venerado por aquellos que le rinden culto, y el amor parece ahora estar revestido de crueldad.

10.    ¿De dónde ha surgido la creencia tan irracional de que hay dioses de venganza? El amor no ha confundido sus atributos con los del miedo. Más los que le rinden culto al miedo perciben su propia confusión en el "enemigo" del miedo, y la crueldad de éste como parte del amor. ¿Y qué podría ser ahora más temible que el Corazón del Amor Mismo? Sus labios parecen estar manchados de sangre y de su boca parece brotar fuego. Pero, sobre todo, Él es terrible e increíblemente cruel, y siega las vidas de todos aquellos que lo consideran su Dios.

11.    No hay duda acerca de la elección que hoy has de llevar a cabo. Pues hoy posarás tu mirada por última vez sobre ese bloque de piedra que tú mismo esculpiste, y dejarás de llamarle dios. Has llegado hasta este punto antes, pero has elegido que ese dios cruel permanezca contigo en otra forma. Y por eso el temor a Dios volvió a apoderarse de ti. Pero esta vez lo dejarás allí. Y al volver regresarás a un mundo nuevo, aliviado de ese peso; un mundo que no se ve a través de sus ojos ciegos, sino a través de la visión que te ha sido restituida gracias a tu elección.
12.    Ahora tus ojos le pertenecen a Cristo y es Él quien mira a través de ellos. Ahora tu voz le pertenece a Dios y se hace eco de la Suya. Ahora tu corazón permanecerá en paz para siempre. Lo has elegido a Él en lugar de los ídolos, y los atributos con los que tu Creador te bendijo te son por fin restituidos. La Llamada a Dios ha sido oída y contestada. Ahora el miedo ha dado paso al amor, al Dios Mismo reemplazar la crueldad.

13.    Padre, somos como Tú. En nosotros no hay crueldad, puesto que en Ti no la hay. Tu paz es nuestra. Y bendecimos al mundo con lo que hemos recibido exclusivamente de Ti. Elegimos una vez más, y elegimos asimismo por todos nuestros hermanos, sabiendo que son uno con nosotros. Les brindamos Tu salvación tal como la hemos recibido ahora. Y damos gracias por ellos que nos completan. En ellos vemos Tu gloria y en ellos hallamos nuestra paz. Somos santos porque Tu santidad nos ha liberado. Y Te damos gracias por ello. Amén.

Día 361 un curso de milagros

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