Ofrenda 30 para mi árbol de las alegrías .
1. Perdonar es una elección. Nunca veo a mi hermano tal como es,
pues eso está mucho más allá de la percepción. Lo que veo en él es simplemente
lo que deseo ver, pues eso es lo que quiero que sea verdad. A eso es a lo único
que respondo, por mucho que parezca que es a los acontecimientos externos. Elijo
lo que deseo contemplar, y eso, y sólo eso, es lo que veo. La impecabilidad de
mi hermano me muestra que quiero contemplar la mía propia. Y la veré, puesto
que he decidido ver a mi hermano en la santa luz de su inocencia.
2. ¿De qué otro modo podría restituírseme Tu recuerdo, sino viendo
la inocencia de mi hermano? Su santidad me recuerda que él fue creado uno
conmigo y semejante a mí. En él encuentro mi Ser, y en Tu Hijo encuentro
asimismo el recuerdo de Ti.
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