Ofrenda 57 para mi árbol de las alegrías.
Sé Tú Quien dirige, pues
quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra
de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y
si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los
regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y contestará
porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.
1. Este curso es un comienzo, no un final. Tu Amigo te acompaña. No
estás solo. Nadie puede llamarlo en vano. 5Sean cuales sean tus problemas ten
por seguro que Él tiene la solución y que gustosamente te la dará sólo con que
te dirijas a Él y se la pidas. Él no se negará a darte todas las respuestas que
necesites para cualquier cosa que parezca perturbarte. Él sabe cómo solventar
todos los problemas y aclarar todas las dudas. Su certeza es tuya. Tan sólo
necesitas pedírsela, para que te sea dada.
2. Tu llegada al hogar es tan segura como la trayectoria que ha
sido trazada para el sol antes de que despunte el alba, después del ocaso y en
las horas de luminosidad parcial que transcurren entremedias. De hecho, tu
camino es todavía más seguro. Pues es imposible cambiar el curso de aquellos que
Dios ha llamado a Su vera. Obedece, por lo tanto, tu voluntad, y sigue a Aquel
a Quien aceptaste como tu voz, para que te diga lo que realmente quieres y
necesitas. Suya es la Voz que habla por Dios y también por ti. 6Por lo tanto,
Él habla de la libertad y de la verdad.
3. Ya no se asignarán más lecciones específicas, pues ya no son
necesarias. En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios y por tu Ser
cuando abandonas el mundo para buscar en su lugar la realidad. Él dirigirá tus
esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo dirigir tu mente y
cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su dirección infalible y Su
Palabra certera. Suya es la Palabra que Dios te ha dado. Suya es la Palabra que
elegiste para que fuese la tuya propia.
4. Y ahora os pongo en Sus manos, para que seáis Sus fieles
seguidores y Él, vuestro Guía en toda dificultad o dolor que consideréis real. Él
no os dará ningún placer pasajero, pues sólo da lo bueno y lo eterno. Dejad que
Él os prepare aún más. Él se ha ganado vuestra confianza hablándoos diariamente
de vuestro Padre, de vuestro hermano y de vuestro Ser. Y continuará haciéndolo.
Ahora camináis con Él, tan seguros de vuestro destino como lo está Él; tan
seguros de cómo debéis proceder como lo está Él; tan seguros de la meta y de
que al final la alcanzaréis como lo está Él.
5. El final es seguro, y los medios también. A esto decimos
"Amén". Cada vez que tengas que tomar una decisión se te indicará
claramente cuál es la Voluntad de Dios para ti al respecto. Y Él hablará por
Dios y por tu Ser, asegurándose así de que el infierno no te reclame, y de que
cada decisión que tomes te acerque aún más al Cielo. Así es como hemos de
caminar con Él de ahora en adelante, recurriendo a Él para que nos guíe, nos
brinde paz y nos ofrezca una dirección segura: El júbilo nos acompaña, pues nos
dirigimos a nuestro hogar a través de una puerta que Dios ha mantenido abierta
para darnos la bienvenida.
6. A Él le encomendamos nuestros pasos y decimos "Amén”. Continuaremos
recorriendo Su camino en paz; confiándole todas las cosas. Yesperaremos Sus respuestas llenos de
confianza, cuando le preguntemos cuál es la Voluntad de Dios en todo lo que
hagamos. Él ama al Hijo de Dios tal como nosotros queremos amarlo. Y nos enseña
cómo contemplarlo a través de Sus ojos y a amarlo tal cómo Él lo ama. No
caminas solo. Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su
Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado.