Ofrenda 54 para mi árbol de las alegrías.
1. Tú que recuerdas lo que
realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. 2Hablas en
Nombre de Dios, y, por lo tanto, hablas en mi nombre. 3Y lo que me concedes
procede de Dios Mismo. 4Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único
que quiero es lo que Tú me ofreces, en la forma exacta en que Tú eliges que yo
lo reciba. 5Permíteme recordar todo lo que no sé, y deja que mi voz se acalle,
mientras lo recuerdo. 6Y no dejes que me olvide de Tu Amor ni de Tu cuidado,
antes bien, ayúdame a mantener siempre presente en mi conciencia la promesa que
le hiciste a Tu Hijo. 7No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi
Ser lo es todo.
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