Ofrenda 40 para mi árbol de las alegrías.
1. Padre, todo milagro es un reflejo de los regalos que me haces a
mí, Tu Hijo. Y cada uno que concedo retorna a mí, recordándome que la ley del
amor, es universal. Incluso aquí dicha ley se manifiesta en una forma que se
puede reconocer, y cuya eficacia puede verificarse. Los milagros que concedo se
me devuelven en la forma que más me puede ayudar con los problemas que percibo.
Padre, en el Cielo es diferente, pues allí no hay necesidades. Pero aquí en la
tierra, el milagro se parece más a tus regalos que cualquier otro regalo que yo
pueda hacer. Así pues, déjame hoy hacer solamente este regalo, que al haber
nacido del verdadero perdón, ilumina el camino que debo recorrer para poder
recordarte.
2. Que la paz sea con todos los corazones que la buscan. La luz ha
venido a ofrecer milagros para bendecir a este mundo exhausto. Éste hallará
descanso hoy, pues nosotros ofreceremos lo que hemos recibido.
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