Mi ofrenda 32 para mi árbol de las alegrías.
1. Mi impecabilidad garantiza mi perfecta paz, mi eterna seguridad
y mi amor, imperecedero; me mantiene eternamente a salvo de cualquier
pensamiento de pérdida y me libera completamente del sufrimiento. Mi estado
sólo puede ser uno de felicidad, pues eso es lo único que se me da. ¿Qué debo
hacer para saber que todo esto me pertenece? Debo aceptar la Expiación para mí
mismo, y nada más. Dios ha hecho ya todo lo que se tenía que hacer. Y lo que
tengo que aprender es a no hacer nada por mi cuenta, pues sólo necesito aceptar
mi Ser, mi impecabilidad, la cual se creó para mí y ya es mía, para sentir el
Amor de Dios protegiéndome de todo daño, para entender que mi Padre ama a Su
Hijo y para saber que soy el Hijo que mi Padre ama.
2. Tú que me creaste en la impecabilidad no puedes estar equivocado
con respecto a lo que soy. Era yo quien estaba equivocado al pensar que había
pecado, pero ahora acepto la Expiación para mí mismo. Padre, mi sueño termina
ahora. Amén.
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