Ofrenda 15 para mi árbol de las alegrías
1. El Hijo de Dios no tiene límites. Su fuerza es ilimitada, así
como su paz, su júbilo, y todos los atributos con los que su Padre lo dotó en
su creación. Lo que dispone con su Creador y Redentor se hace. Lo que su santa
voluntad dispone jamás puede ser negado porque su Padre refulge en su mente, y
deposita ante ella toda la fuerza y amor de la tierra y del Cielo. Yo soy aquel
a quien todo esto se le da. Yo soy aquel en quien reside el poder de la
Voluntad del Padre.
2. Tu Voluntad puede hacer cualquier cosa en mí y luego extenderse
a todo el mundo a través de mí. Tu Voluntad no tiene límites. Por lo tanto, a
Tu Hijo se le ha dado todo poder.
¿Qué es la creación?
1. La creación es la suma de todos los Pensamientos de Dios, en
número infinito y sin límite alguno en ninguna parte. Sólo el Amor crea, y únicamente
a Su semejanza. Jamás hubo tiempo alguno en el que todo lo que creó no
existiese. Ni jamás habrá tiempo alguno en que nada que haya creado sufra merma
alguna. Los Pensamientos de Dios han de ser por siempre y para siempre
exactamente como siempre han sido y como son: inalterables con el paso del
tiempo, así como después de que éste haya cesado.
2. Los Pensamientos de Dios poseen todo el poder de su Creador. Pues
Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. Y así, Su Hijo participa en la
creación, y, por lo tanto, no puede sino compartir con su Padre el poder de
crear. Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo
cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá
siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo.
3. La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la
verdad. La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad
es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad. La
inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a
salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño,
separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su
impecabilidad.
4. Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. Parecemos estar
separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. Sin embargo,
tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay
certeza, pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su
certeza. El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son
conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador. Que nuestra función
sea únicamente permitir el retorno de este recuerdo y que Su Voluntad se haga
en la tierra, así como que se nos restituya nuestra cordura y ser solamente tal
como Dios nos creó.
5. Nuestro Padre nos llama. Oímos Su Voz y perdonamos a la
creación en Nombre de su Creador, la Santidad Misma, Cuya santidad Su creación
comparte con Él; Cuya santidad sigue siendo todavía parte de nosotros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario