Ofrenda 114 para mi árbol de gratitud.
16.
No tengo pensamientos neutros. Tener pensamientos neutros es imposible porque
todos los pensamientos tienen poder. O bien dan lugar a un mundo falso o bien
me conducen al mundo real. Pero es imposible que no tengan efectos. De mismo
modo en que el mundo que veo procede de mis errores de pensamiento, así también
el mundo real se alzará ante mis ojos cuando permita que mis errores sean
corregidos. Mis pensamientos no pueden ser simultáneamente verdaderos y falsos.
Tienen que ser lo uno o lo otro. Lo que veo me muestra si son verdaderos o
falsos.
17.
No veo cosas neutras. Lo que veo da testimonio de lo que pienso. Si no pensase
no existiría, ya que la vida es pensamiento. Permítaseme mirar al mundo que veo
como la representación de mi propio estado de ánimo. Sé que éste puede cambiar.
Y sé asimismo que el mundo que veo puede cambiar también.
18.
No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver. Si no tengo
pensamientos privados, no puedo ver un mundo privado. Incluso la descabellada
idea de la separación tuvo que compartirse antes de que se pudiese convertir en
la base del mundo que veo. Sin embargo, cuando se compartió esa idea no se
compartió nada. Puedo invocar también mis pensamientos reales, los cuales
comparto con todo el mundo. Así como mis pensamientos de separación invocan pensamientos
de separación en otros, mis pensamientos reales despiertan en ellos sus
pensamientos reales. Y el mundo que mis pensamientos reales me muestran
alboreará en su visión así como en la mía.
19.
No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos. No soy el
único en nada. Todo lo que pienso, digo o hago es una enseñanza para todo el
universo. Un Hijo de Dios no puede pensar, hablar o actuar en vano. No puede
ser el único en nada. Tengo, por lo tanto, el poder de cambiar a todas las
mentes junto con la mía porque mío es el poder de Dios.
20.
Estoy decidido a ver. Puesto que reconozco que la naturaleza de mis
pensamientos es que los comparto con todo lo que existe, estoy decidido a ver. Veré
los testigos que me muestran que la manera de pensar del mundo ha cambiado. Veré
la prueba de que lo que se ha obrado por mediación mía ha permitido que el amor
reemplace al miedo, la risa a las lágrimas y la abundancia a las pérdidas. Quiero
contemplar el mundo real, y dejar que me enseñe que mi voluntad y la Voluntad
de Dios son una.
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