Día 29/365 29 Enero 2020.
Haz buenas obras para que tengas con
qué pagar. Así, Xochipilli podrá hacerte milagros y maravillas.
En el mundo de la
mente encontramos al dios azteca Xochipilli, dios de la alegría, la música y la
danza. Xochipilli, el dios azteca, hace siempre sus negocios con el número
cabalístico 10. Esta es la Rueda de la Fortuna, la rueda de las reencarnaciones
y del Karma, la rueda terrible de la retribución.
2020 es mi año de volver a casa, y
después de años de intenso sufrimiento pero también de grandes aprendizajes por
fin volví a conectar con el amor.
Recuerdo
cuando mi mente era mi aliada y podía obrar prodigios y maravillas y luego
después de una ruptura las cosas cambiaron, aprendí en el desamparo y no fue agradable
más si provechoso.
El
2020 me trae la oportunidad de cambiar de camino, del crecimiento personal a la
felicidad. Estoy preparada para cambiar mi forma de pensar ya que este cambio determinará
que mis acciones sean exitosas o no.
La Rueda de la
fortuna es el símbolo de la existencia, de la fortuna, de la suma de los
movimientos de los que deriva la vida. Lo positivo y lo negativo, el yang y el
yin, en su eterna alternancia. Con sus dos momentos contrapuestos: el ascenso y
la caída.
En astrología el número
diez se relaciona con la décima casa, o medio cielo: la meta, las ambiciones
del individuo y por lo tanto sus posibilidades efectivas de realización.
Dado que todo se
mueve, gira, cambia de dirección y orientación, nada, como recuerda el
movimiento imparable de la rueda, permanece fijo en el universo.
El ser humano hará
bien en aprovechar los favores de la rueda de la retribución cuando le ofrece posibilidades
de progreso. La situación puede cambiar en cualquier momento y entonces seria
ya demasiado tarde.
Existe siempre una solución
para cada crisis, para cada instante negativo de la existencia. Basta saber
esperar el momento adecuado y atrapar la ocasión al vuelo, tan pronto como se presente.
La alternancia de los acontecimientos asegura a quien se está procesando un súbito
y feliz cambio, una mejora, una rápida evolución, un desbloqueo de la situación
que ha quedado estancada.
Todos somos felices
cuando se presentan acontecimientos o circunstancias favorables, momentos
afortunados que no deben dejarse escapar. No obstante, la habilidad, la
inteligencia del individuo, no basta por si sola, La Rueda, es constante y la
suerte debe ganarse con el sacrificio y un comportamiento éticamente correcto.
El progreso está
asegurado únicamente a quien lo merece; para los demás, aquellos que viven en
el error, le sucederá la caída.
Una cuestión marcha
inexorablemente hacia la cima, la realización, la conclusión, pero se tratará
de un movimiento de breve duración que debe aprovecharse sin vacilación.
Cuando llegue el
momento de la recompensa, cuando las circunstancias sean favorables cuando el éxito
profesional, ascenso, crecimiento de sus empresas o emprendimientos sean
adecuadamente recompensada recuerde que a toda subida le precede una bajada, a
toda exaltación una humillación. Y que a ese momento le hará bien de no olvidar
que quien asciende con demasiada rapidez, tal vez con ayuda de medios poco
limpios, cae igual de rápido: el cambio está siempre al acecho; la suerte
siempre reserva alguna sorpresa desagradable. Nada de lo que se ha alcanzado,
en amor, trabajo o finanzas, puede razonablemente considerarse definitivo. Obstáculos
inesperados para la realización de un proyecto. Puede tratarse simplemente de
un momento de estancamiento, un bloqueo, un retraso, quizás provocado por usted
mismo, confuso, pasivo, inseguro, apegado al status quo y resistente al cambio.
Las
acciones de tu pasado son las semillas de tu éxito futuro. Para progresar debes
de aceptar los cambios que se te avecinan.
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