Día 28/365 28 Enero 2020.
Hace algunos años aprendí que el deseo de ser algo o alguien inicia los procesos de actividad o manifestación.
·
Sattva (bondad contemplativa,
inteligencia)
·
Rajas (pasión activa, energía)
·
Tamas (ignorancia inerte).
Estos tres elementos tienen la
particularidad que son inseparables y se combinan en diferentes proporciones
formando objetos materiales. Cada uno de estos elementos no puede
existir individualmente y necesita siempre de los otros, estando presentes
en los diferentes grados de la materia e incluyendo la energía del Universo y
la mente.
Ahora escribo mi voto de gratitud por la oportunidad de ahondar al respecto.
Leyendo a Hegel y Sartre, aprendí que el deseo humano
desea deseos.
El ser humano desea el deseo del
otro. Desea que el otro lo reconozca. Que lo reconozca como su superior… Que se
le someta.
EL ANIMAL DESEA
COSAS – EL HOMBRE DESEA DESEOS.
El animal desea cosas naturales que
usualmente se come.
El excepcional hallazgo de Hegel es
que el hombre no desea cosas.
La historia comienza cuando dos
conciencias deseantes se enfrentan en una lucha a muerte.
·
La que tiene miedo a morir se somete;
·
La que antepone su temor a la muerte domina.
Por su deseo de ser reconocido tenemos:
AMO Y ESCLAVO...
INICIO DE LA HISTORIA HUMANA...
La dialéctica
del amo y el esclavo es el nombre que se le da a una construcción teórica de
Friedrich Hegel, considerada como uno de los elementos claves de su filosofía,
que ha influenciado a muchos filósofos posteriormente. No solo se convirtió en
la base de la dialéctica materialista desarrollada por Karl Marx, sino que
también tuvo una fuerte influencia en el psicoanálisis.
Entendiendo que lo que el ser humano desea
es ser deseado por otro ser humano. En otras palabras, ser reconocido por el
otro. Entonces, el deseo humano es fundamentalmente deseo de reconocimiento. El
ser humano quiere que los demás le den un valor autónomo. Esto es, un valor
propio, que diferencie a cada uno de los otros. Esto es lo que define la
condición humana.
De este modo, lo que Hegel propone es que la
dialéctica de la historia es la dialéctica del amo y el esclavo. Desde el
comienzo de la historia ha habido dominadores y dominados. Una entidad
reconocida, el amo, y una entidad reconocedora, el esclavo. Ese esclavo deja de
ser una entidad autónoma y se convierte en algo cosificado por el amo.
Debido a ese dominio, el amo coacciona al
esclavo y lo obliga a trabajar para él. Dicho trabajo no es un proceso creador
del esclavo, sino una imposición que lo convierte a él mismo en objeto de
trabajo. Sin embargo, el amo termina dependiendo del esclavo para su propia
supervivencia. Y siempre hay un momento en el que los papeles se invierten,
dado que el esclavo resulta indispensable para el amo, pero este no lo es para
el esclavo.
“El pueblo es aquella parte del Estado que no sabe lo que quiere”.
-Friedrich Hegel-
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