Ofrenda 26 para mi árbol de las alegrías
1. Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse
sufrimiento así mismo! ¿Cómo iba él a poder planear su condenación sin que se
le hubiera provisto de un camino seguro que lo condujese a su liberación? Me
amas, Padre, y nunca habrías podido dejarme en la desolación, para morir en un
mundo de dolor y crueldad. ¿Cómo pude jamás pensar que el Amor se había abandonado
a Sí Mismo? No hay otra voluntad que la Voluntad del Amor. El miedo es un
sueño, y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. Estar
en conflicto es estar dormido; la paz, estar despierto. La muerte es una ilusión,
y la vida, la verdad eterna. Nada se opone a Tu Voluntad. El conflicto no
existe, pues mi voluntad es la Tuya.
2. El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que
la compartimos. Contemplemos los santos panoramas que hoy nos muestra el
perdón, de modo que podamos encontrar la paz de Dios. Amén.
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