Ofrenda 20 para mi árbol de las alegrías.
1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de
un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. A partir de ahí,
la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto,
procura encontrarlo. Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se
contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. De
deseos dementes nace un mundo demente, y de juicios, un mundo condenado. De
pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso
para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en
el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede
ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que
conduce al Cielo y a Dios.
2. Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las
mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. Déjame contemplar lo
que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la
verdad.
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