Ofrenda 349 para mi árbol ubicado en el ahora.
1. A menos que el pasado se haya borrado de mi mente, no podré
contemplar el mundo real. Pues en ese caso no estaría contemplando nada, sino
viendo lo que no está ahí. ¿Cómo podría entonces percibir el mundo que el
perdón ofrece? El propósito del pasado fue precisamente ocultarlo, pues dicho
mundo sólo se puede ver en el ahora. No tiene pasado. Pues, ¿a qué se le puede
conceder perdón sino al pasado, el cual al ser perdonado desaparece?
2. Padre, no me dejes contemplar un pasado que no existe. Pues Tú
me has ofrecido Tu Propio sustituto: un mundo presente que el pasado ha dejado
intacto y libre de pecado. He aquí el final de la culpabilidad. Y aquí me
preparo para Tu paso final. ¿Cómo iba a exigirte que siguieses esperando hasta
que Tu Hijo encontrase la belleza que Tu dispusiste fuese el final de todos sus
sueños y todo su dolor?
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