Mi ofrenda 145 para mi árbol agradecido.
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Mis
resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.
Mis
resentimientos me muestran lo que no está ahí y me ocultan lo que quiero ver. Habiendo
reconocido esto, ¿para qué los quiero? Mis resentimientos me mantienen en la
oscuridad y ocultan la luz. Los resentimientos y la luz no pueden coexistir,
pero la luz y la visión tienen que unirse para que yo pueda ver. Y para poder
ver tengo que desprenderme de mis resentimientos. Quiero ver, y ése será el
medio por el que lo lograré.
Las
aplicaciones concretas de esta idea podrían hacerse de la siguiente manera: No
permitas que haga de esto un obstáculo a la visión. La luz del mundo
desvanecerá todo esto con su resplandor. No tengo necesidad de esto. Lo que
quiero es ver.
·
Mi salvación
procede de mí.
Hoy
reconoceré dónde está mi salvación. Está en mí porque ahí es donde está su
Fuente. No ha abandonado su Fuente, por lo tanto, no pudo haber abandonado mi
mente. Dejaré de buscarla fuera de mí mismo. No es algo que se encuentre afuera
y luego tenga que traerse adentro. Se extenderá desde dentro de mí, y todo
aquello que vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mí y en sí mismo.
Las
siguientes variaciones de la idea son apropiadas para las aplicaciones más
concretas: No dejaré que esto me tiente a buscar mi salvación fuera de mí
mismo. No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente
de mi salvación. Esto no puede privarme de la salvación.
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