miércoles, 20 de mayo de 2020

Día 81 de un curso de milagros


Mi ofrenda 141 para mi árbol agradecido.


1. de la lección 61 Yo soy la luz del mundo. ¡Cuán santo soy yo, a quien se le ha encomendado la función de iluminar el mundo! Concédaseme poder permanecer en quietud ante mi santidad. Que en su serena luz desaparezcan todos mis conflictos. Y que en su paz pueda recordar Quién soy.

2. Algunas variaciones específicas para aplicar esta idea cuando parezcan surgir dificultades podrían ser: No he de nublar la luz del mundo en mí. Que la luz del mundo resplandezca a través de esta apariencia. Esta sombra desaparecerá ante la luz.

3. de la lección 62 Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.

Sólo aceptando mi función podré ver la luz en mí. Y en esa luz mi función se perfilará claramente y sin ambigüedad alguna ante mis ojos. Esta aceptación no depende de que yo reconozca lo que mi función es, pues aún no comprendo lo que es el perdón. Sin embargo, confío en que en la luz lo veré tal como es.

4. Algunas variaciones para las aplicaciones más concretas de esta idea podrían ser: Que esto me ayude a aprender el significado del perdón. No dejes que separe mi función de mi voluntad. No me valdré de esto para apoyar un propósito ajeno a mí.



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