Día 49/365 Lo entendí porque lo sentí.
¿Alguna vez has tenido una conversación donde
podemos comunicar las cosas que nos hacen ruido en la mente con la confianza de
exhibir esa parte humana que nos iguala?
Agradecida con mi amiga por
estar en mi historia y poderle platicar con la confianza de que soy yo,
mirándome al espejo.
Hoy quiero hacerte una
invitación a tener ese tipo de conversación honesta, empática y valiente; que tu
jefe, tu pareja, tu hijo, vecino o con ese alguien con quien estás en algún conflicto
emocional.
Las conversaciones incómodas
casi siempre las aplazamos porque nos molesta sentirnos vulnerables o porque
creemos que quedaremos peor que si la evitamos.
Pero no hay problema, situación
o mal entendido que con una conversación profunda no se pueda solucionar.
Sentir el dolor del otro,
escuchar el latido de su corazón o las lágrimas a punto de aparecer es tener
una meta conversación.
Cuando hay mucho que perder o
mucho que ganar, es el momento propicio para esa conversación empática.
Cuando lo que está en juego es
muy importante no hay motivo para posponeresa conversación valiente.
Cuando de esa conversación honesta, depende tu libertad o tu compromiso, te animo a que la provoques.
Cuando sientas que no puedes
más, ¡no lo pienses más y atrévete!
¿Estás listo para decidir?
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