Ofrenda 332 Para mi árbol que se nutre solo de lo que brota de la fuente de agua viva.
1. Padre,
la verdad me pertenece. Mi hogar se estableció en el Cielo mediante tu voluntad
y la mía. ¿Podrían contentarme los sueños? ¿Podrían brindarme felicidad las
ilusiones? ¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? No me
contentaré con menos de lo que Tú me has dado. Tu Amor, por siempre dulce y
sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente. El Hijo de Dios no puede
sino ser tal como Tú lo creaste.
2. Hoy
dejamos atrás las ilusiones. Y si oímos a la tentación llamarnos e invitarnos a
que nos entretengamos con un sueño, nos haremos a un lado y nos preguntaremos
si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos con sueños cuando
podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el infierno. Y el amor
reemplazará gustosamente todo temor.
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