Ofrenda 318 para mi árbol... memoria constante de cuál es mi objetivo.
1. Lo
único que necesitamos hacer es entrenar nuestras mentes a pasar por alto todos
los objetivos triviales e insensatos, y a recordar que Dios es nuestro
objetivo. Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes, eclipsado tan
sólo por nuestras absurdas e insignificantes metas, que no nos deparan nada y
que ni siquiera existen. ¿Vamos acaso a continuar permitiendo que la gracia de
Dios siga brillando inadvertida, mientras nosotros preferimos ir en pos de los
juguetes y las baratijas del mundo? Dios es nuestro único objetivo, nuestro
único Amor. No tenemos otro propósito que recordarle.
2. No
tenemos otro objetivo que seguir el camino que conduce a Ti. Ése es nuestro
único objetivo. ¿Qué podríamos desear sino recordarte? ¿ Qué otra cosa podemos
buscar sino nuestra Identidad?
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