Ofrenda 295 en mi árbol espejo.
1. Tan sólo necesito contemplar todo aquello que parece herirme, y
con absoluta certeza decirme a mí mismo: "La Voluntad de Dios es que yo me
salve de esto", para que de inmediato lo vea desaparecer. Tan sólo
necesito tener presente que la Voluntad de mi Padre para mí es felicidad, para
darme cuenta de que lo único que se me ha dado es felicidad. Tan sólo necesito
recordar que el Amor de Dios rodea a Su Hijo y mantiene su inocencia
eternamente perfecta, para estar seguro de que me he salvado y de que me
encuentro para siempre a salvo en Sus Brazos. Yo soy el Hijo que Él ama. Y me
he salvado porque Dios en Su misericordia así lo dispuso.
2. Padre, Tu Santidad es la mía. Tu Amor me creó e hizo que mi
inocencia fuese parte de Ti para siempre. No hay culpabilidad o pecado en mí,
puesto que no los hay en Ti.
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