Ofrenda 292 para mi fecundo árbol de vida.
1. Padre mío, permanece en mi mente desde el momento en que me
despierte, y derrama Tu luz sobre mí todo el día. Que cada minuto sea una oportunidad
más de estar Contigo. Y que no me olvide de darte las gracias cada hora por
haber estado conmigo y porque siempre estás ahí presto a escucharme y a
contestarme cuando te llamo. Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos
sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que
estoy a salvo, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
2. Así es como debería ser cada día. Practica hoy el final del
miedo. Ten fe en Aquel que es tu Padre. Deja todo en Sus Manos. Deja que Él te
revele todo y no te desanimes, pues eres Su Hijo.
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