Ofrenda 354 294 para mi árbol de poder.
1. Soy un Hijo de Dios. ¿Cómo iba a poder ser también otra cosa? ¿Acaso
creó Dios lo mortal y lo corruptible? ¿De qué le sirve al bienamado Hijo de
Dios lo que ha de morir? Sin embargo, lo que es neutro no puede ver la muerte,
pues allí no se han depositado pensamientos de miedo, ni se ha hecho de ello
una parodia del amor. La neutralidad del cuerpo lo protege mientras siga siendo
útil. Una vez que no tenga ningún propósito, se dejará a un lado. No es que
haya enfermado, esté viejo o lesionado. 9Es que simplemente no tiene ninguna
función, es innecesario, y, por consiguiente, se le desecha. 10Haz que hoy no
vea en él más que esto: algo que es útil por un tiempo y apto para servir, que
se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado por algo
mejor.
2. Mi cuerpo, Padre, no puede ser Tu Hijo. Y lo que no ha sido
creado no puede ser ni pecaminoso ni inocente; ni bueno ni malo. Déjame, pues,
valerme de este sueño para poder ser de ayuda en Tu plan de que despertemos de
todos los sueños que urdimos.
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