Ofrenda 296 para mi árbol espejo, reflejo de una vida creada con mente milagrosa.
1. Tengo un reino que gobernar. Sin embargo, a veces no parece que yo sea su rey en absoluto, sino que parece imponerse sobre mí, y decirme cómo debo pensar y actuar y lo que debo sentir. No obstante, se me ha dado para que sirva cualquier propósito que yo perciba en él. La única función de mi mente es servir. Hoy la pongo, al servicio del Espíritu Santo para que Él la use como mejor le parezca. De esta manera, soy yo quien dirige mi mente, que sólo yo puedo gobernar. Y así la dejo en libertad para que haga la Voluntad de Dios.
2. Padre, mi mente está dispuesta hoy a recibir Tus Pensamientos y
a no darle entrada a ningún pensamiento que no proceda de Ti. Yo gobierno mi
mente, y te la ofrezco a Ti. Acepta mi regalo, pues es el que Tú me hiciste a
mí.
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