Mi ofrenda 140 para mi árbol de agradecimientos
1.
Si estás dispuesto a reconocer tus problemas, reconocerás que no tienes
ninguno. Tu problema central se ha resuelto y no tienes ningún otro. Por lo
tanto, debes sentirte en paz. La salvación, pues, depende de que reconozcas que
ése es el único problema y de que entiendas que ya se ha resuelto. Un solo
problema, una sola solución. La salvación se ha consumado. Se te ha liberado de
todo conflicto. Acepta este hecho, y estarás listo para ocupar el puesto que te
corresponde en el plan de Dios para la salvación.
2.
¡Tu único problema ya se ha resuelto! Repite esto hoy para tus adentros una y
otra vez a lo largo del día, con gratitud y convicción. Has reconocido tu único
problema, dándole así paso al Espíritu Santo para que te dé la respuesta de
Dios. Has dejado a un lado las decepciones y has visto la luz de la verdad. Has
aceptado la salvación para ti mismo al llevar el problema a la solución. Y
puedes reconocer la solución porque has identificado el problema.
3.
Hoy tienes derecho a la paz. Un problema que ya se ha resuelto no te puede
perturbar. Asegúrate únicamente de no olvidarte que todos los problemas son uno
solo. Sus múltiples formas no te podrán engañar, mientras te acuerdes de esto. Un
solo problema, una sola solución. Acepta la paz que te brinda esta sencilla
afirmación.
4.
En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy reivindicaremos la paz que
inevitablemente será nuestra una vez que el problema y la solución se hayan
reconciliado. El problema tiene que haber desaparecido porque la respuesta de
Dios no puede fallar. Al haber reconocido el problema has reconocido la
solución. La solución es inherente al problema. Se te ha contestado, y tú has
aceptado la respuesta. Te has salvado.
5.
Permite ahora que se te dé la paz que tu aceptación te brinda. Cierra los ojos
y recibe tu recompensa. Reconoce que tus problemas se han resuelto. Reconoce
que no tienes conflictos, y que estás libre y en paz. Sobre todo, recuerda que
tienes un solo problema y que el problema tiene una sola solución. En esto
reside la simplicidad de la salvación. Por eso es por lo que su eficacia está
garantizada.
6.
Afirma hoy con frecuencia que tus problemas ya se han resuelto. Repite la idea
con absoluta convicción tan a menudo como sea posible. Y asegúrate en
particular, de aplicar la idea de hoy a cualquier problema concreto que pueda
surgir. Di de inmediato: Permítaseme reconocer que este problema ya se ha
resuelto.
7.
Propongámonos no acumular resentimientos hoy. Propongámonos estar libres de
problemas que no existen: Para lograr esto sólo se requiere honestidad. No te
engañes con respecto a cuál es el problema, y no podrás sino reconocer que se
ha resuelto.
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